Nacido de una raza mixta, Surak hizo su propio camino en la vida. Abandonado a una edad temprana, lo encontramos aullando en una perrera improvisada sobre un piso de concreto.
Surak comenzó a cruzar los Estados Unidos a las ocho semanas de edad, apenas unos días después de ser adoptado.
El viaje fue duro y no todos los momentos fueron de orgullo.
Antes de embarcarse en la búsqueda de montar a caballo, Surak tuvo que aprender que su suerte se la ganaba y no se la regalaba.
Con apenas diez semanas, el joven prodigio subió a su primera alforja y comenzó innumerables vueltas por el barrio.
Aventurándose constantemente más y más rápido, rápidamente aprendió a montar y ya no estaba atado a una ventana para asomar la cabeza.
Sin que Surak lo supiera, su entrenamiento lo preparó para un viaje de regreso a través del país. Una mañana de verano, metido en su alforja, comenzó la caminata.
Finalmente, superó sus límites de aluminio y se mudó a la parte trasera de una 1200GS, encerrada por un exceso de equipaje para mantenerlo a salvo.
A medida que su confianza (y su tamaño) crecieron, comenzó a convertirse en uno con la motocicleta, rompiendo sus ataduras de aluminio.
La moto es ahora su trono.
Forjado y templado, Surak se deshace voluntariamente de comodidades para mantenerse fuerte.
Sin más espacio para crecer, Surak descarta su BMW enfermo por otras tres letras.
Su portaaviones no estaba listo para competir y requería un rediseño.
Surak se adaptó rápidamente a la nueva perrera y la adoptó como su nuevo hogar.
Es desde esta posición que Surak viaja por el mundo: